En el Credo de los Apóstoles hay una línea que ha intrigado y desconcertado a los cristianos durante siglos: «Descendió a los infiernos». ¿Qué significa esto? ¿A dónde fue Jesús después de Su crucifixión y antes de Su resurrección? Esta doctrina, conocida a menudo como el Descenso al Infierno, ofrece profundas ideas sobre la misión de Cristo y sus implicaciones para la salvación, la victoria sobre la muerte y la esperanza para la humanidad.
El Credo de los Apóstoles: Un ancla histórica
La frase «Descendió a los infiernos» proviene del Credo de los Apóstoles, una declaración fundamental de fe en el cristianismo. Se cree que el Credo se desarrolló entre los siglos II y IV y sirvió como un resumen conciso de las creencias cristianas en una época en la que la Iglesia luchaba contra herejías y aclaraba la doctrina. Incluir el descenso subraya la totalidad de la obra salvadora de Jesús: Su victoria se extendió no solo a los vivos, sino también a los muertos.
Sin embargo, la interpretación de esta frase ha variado a lo largo del tiempo y según las tradiciones. Para comprender su significado, es necesario profundizar en la Biblia y en las enseñanzas de la Iglesia primitiva.
¿Qué ocurrió entre la cruz y la resurrección?
La Biblia nos da algunas pistas sobre este evento misterioso. Cuando Jesús murió, Su cuerpo permaneció en la tumba, pero Su espíritu estaba activo. El Evangelio de Lucas registra las palabras de Jesús al ladrón en la cruz: «En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lucas 23:43). Sin embargo, más tarde el apóstol Pedro escribe acerca de Jesús proclamando a «los espíritus encarcelados» (1 Pedro 3:19).
Estos pasajes sugieren que Jesús descendió a un reino espiritual después de Su muerte, un lugar a veces llamado Hades o Sheol en la Biblia. Estos términos se refieren al reino de los muertos, no necesariamente a un lugar de tormento.
Aclarando «Infierno»
La palabra infierno en el Credo puede ser engañosa para los lectores modernos. En términos bíblicos, se refiere a Hades (griego) o Sheol (hebreo), el reino de los muertos, un lugar neutral donde las almas esperaban juicio o redención. Esto difiere de Gehenna, que se asocia a menudo con castigo eterno. Reconocer esta distinción nos ayuda a entender que el descenso de Jesús no se trataba de sufrir tormento, sino de cumplir con Su misión redentora.
Interpretaciones teológicas del Descenso
Proclamación de Victoria:
Muchos teólogos creen que el descenso de Jesús fue una proclamación triunfal de Su victoria sobre el pecado, la muerte y Satanás. Al entrar en el reino de los muertos, Cristo declaró Su autoridad sobre toda la creación, incluidos aquellos que habían muerto antes de Su ministerio terrenal. Esto se alinea con la declaración de Pablo: «¡Oh muerte, dónde está tu victoria! ¡Oh muerte, dónde está tu aguijón!» (1 Corintios 15:55).
Liberación de los muertos justos:
Otra perspectiva es que Jesús liberó las almas de los justos que habían estado esperando el cumplimiento de la promesa de salvación de Dios. Antes del sacrificio de Cristo, personas fieles como Abraham y David no podían entrar al cielo porque el perdón de los pecados no estaba completo. El descenso de Jesús al Hades abrió las puertas del cielo para estas almas (Efesios 4:8-10).
Conquista del dominio de Satanás:
Los primeros escritos cristianos a menudo retratan el descenso como una batalla cósmica. Al descender al infierno, Cristo «asaltó las puertas» del dominio de Satanás, tomando las llaves de la muerte y del Hades (Apocalipsis 1:18). Este acto subraya la autoridad total de Jesús y la derrota final del mal.
Perspectivas a través de las tradiciones cristianas
Vista católica:
La Iglesia Católica enseña que Jesús descendió al Limbo de los Padres (también llamado Seno de Abraham), donde las almas de los justos esperaban la redención. Este no era un lugar de tormento, sino un estado de espera hasta que el sacrificio de Cristo abriera el camino al cielo.
Vista ortodoxa:
En la teología ortodoxa, el descenso se ve como la «rescate» de Jesús en el Hades, donde rompió el poder de la muerte y liberó a los justos. La iconografía a menudo representa a Jesús sacando a Adán y Eva de sus tumbas, simbolizando el alcance universal de la salvación.
Vista protestante:
Las interpretaciones protestantes varían. Algunos ven el descenso como un símbolo del sufrimiento de Jesús en la cruz, donde Él llevó todo el peso del pecado. Otros enfatizan Su proclamación de victoria a los muertos.
Cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento
El descenso al infierno no es un pensamiento teológico posterior; cumple numerosas profecías del Antiguo Testamento:
«Porque no dejarás mi alma en el Sheol, ni permitirás que tu Santo vea corrupción» (Salmo 16:10).
«También tú, debido a la sangre de mi pacto contigo, liberarás a tus prisioneros del pozo sin agua» (Zacarías 9:11).
Estos pasajes muestran que la misión de Jesús fue anticipada en las Escrituras, reafirmando la unidad del plan de redención de Dios.
Lecciones prácticas para la fe diaria
Confía en el poder de Jesús:
El descenso de Jesús nos asegura que no hay lugar —ninguna profundidad de desesperación, fracaso o pecado— que Su amor no pueda alcanzar. Cualquier oscuridad que enfrentes, Cristo ya la ha vencido.
Vive con una perspectiva eterna:
La victoria de Cristo sobre la muerte la convierte en una puerta hacia la vida eterna. Que esta verdad guíe tus decisiones y traiga esperanza en los momentos difíciles de la vida.
Proclama Su victoria:
Así como Jesús proclamó Su triunfo en el Hades, nosotros también estamos llamados a declarar Su victoria en nuestras vidas. Comparte las buenas nuevas de Su poder y amor con los que te rodean.
Preguntas reflexivas para los lectores
¿Cómo profundiza tu comprensión del amor y el sacrificio de Jesús el saber que Él descendió al infierno?
¿En qué áreas de tu vida puedes invitar a Cristo a traer victoria sobre la oscuridad?
Referencias bíblicas para estudiar más:
Lucas 23:43 — Promesa de Jesús al ladrón en la cruz.
1 Pedro 3:18-20 — Jesús predica a los espíritus en prisión.
Efesios 4:8-10 — El descenso y la ascensión de Cristo.
Apocalipsis 1:18 — Jesús sostiene las llaves de la muerte y del Hades.
1 Corintios 15:22-55 — Victoria sobre la muerte a través de Cristo.
Conclusión
La doctrina del descenso de Jesús al infierno es mucho más que una línea oscura en el Credo de los Apóstoles: es una proclamación de esperanza, victoria y amor. Nos asegura que no hay profundidad que esté más allá del alcance de Cristo y que Su sacrificio trae vida, incluso al reino de los muertos.
En Su descenso, vemos la totalidad de la misión de Cristo, desde la redención de los justos del pasado hasta la oferta de vida eterna a todos los que creen. Que esta verdad inspire tu fe, fortalezca tu esperanza y profundice tu comprensión del Salvador que descendió a las profundidades para que tú puedas resucitar con Él.